Me pareció muy interesante y esclarecedor el artículo del último número de Cantabria Económica en el que, al analizar la estructura del nuevo gobierno de nuestra Comunidad, se hablaba de “periodistas al poder”. No es un detalle menor esta nueva situación ya que indica una tendencia que se está consolidando en áreas de la economía, las instituciones, la empresa y, desde luego, la política. Mas allá del “efecto Iván Redondo” comprobamos día a día que la realidad contemporánea es cada vez más compleja y poliédrica y necesita contar en la actividad pública con perfiles profesionales transversales y polivalentes que sean capaces de entender y gestionar la relación con unos “públicos” que cada vez son más heterogéneos y exigentes.
Por estas razones, entre otras, los buenos directores de comunicación están ganando peso en la gestión y la toma de decisiones en la vida pública. La experiencia reciente nos indica que la comunicación va a tener un peso cada vez mayor en el contexto social, político y económico. Esto lo han visto bien los nuevos responsables del Gobierno de Cantabria que ha reforzado las posiciones ligadas a lo comunicativo con profesionales con experiencia y valía. Y todo indica que en el futuro esta tendencia se va a consolidar por varias razones:
- La comunicación y el dircom tendrán una función más estratégica y ampliarán su campo de actuación más allá de su relación con los periodistas.
- Serán necesarios especialistas que conozcan y controlen los efectos de los nuevos canales, los nuevos medios y el nuevo lenguaje digital.
- Las instituciones deberán gestionar de forma inteligente y profesional el gran volumen de información que se produce y repercute en su imagen.
- Será imprescindible contar con profesionales que puedan solucionar con inmediatez y criterio las cada vez frecuentes crisis online.
- Ya es preciso gestionar la reputación de una institución a nivel global y para ello es preciso contar con un perfil que coordine y de coherencia a todas las actuaciones.
- Las instituciones deberán responder a las crecientes exigencias de transparencia por parte de la sociedad.
- Será necesario incentivar un diálogo constante, abierto y sincero con “grupos de interés” cada vez más numerosos y legitimados socialmente.
Para desarrollar con éxito estos importantes retos resulta muy adecuado un perfil como el del director de comunicación, que es capaz de traducir y “customizar” el relato político y convertirlo en mensajes comprensibles y atractivos para el ciudadano. La nueva realidad de la comunicación hace que se abran paso nuevas fórmulas de encuentro entre las instituciones y la opinión pública. Un estudio de la asociación DIRCOM que recoge las opiniones de los 25 directores de comunicación mas influyentes de nuestro país señala cuales son estas nuevas tendencias: atrás.
- La comunicación ya es digital.
- La microcomunicación se impondrá a la comunicación de masas. Los mensajes se adecuarán a audiencias cada vez más fragmentadas, pero con una enorme capacidad de influencia.
- Las notas de prensa serán mucho menos numerosas y evolucionarán hacia comunicados de vídeo/voz/texto, con links a información complementaria, infografías, etc. La comunicación será audiovisual.
- Las ruedas de prensa serán menos numerosas, más selectivas y a distancia. Éstas seguirán siendo necesarias para determinados sectores, temas y situaciones, pero serán mucho menos numerosas y se invitará tanto a periodistas como a los nuevos influenciadores (tuiteros, blogueros, etc.). La mayoría se celebrarán por streaming.
- La degeneración de los valores periodísticos será el gran reto: déficit de rigor, posverdad y fake news serán las grandes preocupaciones del Dircom.
Este listado de cuestiones pone frente a los nuevos responsables de comunicación de nuestro gobierno regional la realidad de una sociedad compleja, abierta, exigente y transparente que busca un reflejo similar en sus gobernantes. Nuevas formulas para nuevos retos y un denominador común en todos ellos: la gestión profesional de la comunicación y el respeto a unos ciudadanos cada vez mas inteligentes, responsables y concienciados de valor de su opinión y la fuerza de su voz. La iniciativa “umbrella´s revolution” de los estudiantes de Hong Kong o el fenómeno Greta Thunberg y el movimiento “Fridays for Future” han mostrado un camino que ya no tiene vuelta atrás.