Por Antonio Cornadó
Resulta que finalmente Iglesias no generaba confianza y Sánchez no era de fiar. ¡Pues menuda manera de intentar una alianza! En la política, como en la vida, la confianza es la base sobre la que desarrollar relaciones sólidas y construir vínculos estables que generen certidumbre. Es, en definitiva, trabajar para el largo plazo compartiendo un objetivo común.
En la empresa las cosas son muy parecidas. Confianza no es solo una palabra, una excusa o una trinchera donde esconder las verdaderas razones de las decisiones. La confianza de los proveedores, los accionistas y los empleados permite a las empresas desarrollar su proyecto y mejorar sus resultados. También la confianza es el valor esencial que mueve a los clientes a ser fieles a una marca, un producto o un servicio. Podríamos decir que la confianza esta en el germen de todo proyecto empresarial. El caso de Mercadona, su expansión y el éxito de sus marcas blancas me parece un buen ejemplo de lo que trato d explicar.
Este conjunto de realidades emocionales y racionales que amasan la confianza son el resultado de aquello que la empresa muestra y deja que se conozca de sí misma, de su actividad y de la forma en que hace las cosas, es decir, de su realidad. El mundo de internet y las redes sociales ha puesto en el escaparate a las compañías: clientes o no lo sabemos todo sobre ellas, pero queremos conocer más. Es el caso de Mercadona.
La paradoja de esta situación es que, cuanto más abierta es una compañía más necesita ser proactiva en su comunicación. Entonces la transparencia pasa de ser un aliado a convertirse en un gran desafío: cuanto más comunica una compañía mayores peticiones de comunicación le son requeridas. El resultado es que a más transparencia mayor exposición y más vulnerabilidad.
Y en este ecosistema los directores de comunicación tienen hoy una importancia capital. Las empresas necesitan especialistas que entiendan el nuevo contexto en el que desarrollan su actividad y que sepan escrutar, anticipar, analizar, planificar y llevar a cabo estrategias que ayuden a los demás directivos a que las empresas sean confiables. En definitiva, a conseguir y mantener una buena reputación empresarial.
Artículo publicado originariamente en El Diario Montañés el 04 de agosto de 2019.