Por Antonio Cornadó
La escena viral de del presidente del gobierno en traje y alpargatas atendiendo un gabinete de crisis por el humillante asunto de la salida de Occidente de Afganistán me ha recordado otras situaciones donde las crisis pillan de vacaciones a directivos y políticos.
En agosto de 2019 la contaminación por listeriosis en una partida de carne mechada ocasionó 3 muertos, 5 abortos y 204 afectados en 6 comunidades autónomas. El hecho provocó alarma, confusión y decisiones contradictorias desde las diferentes administraciones. Las fechas veraniegas, donde el vacío en los despachos solo es comparable al vacío informativo de las redacciones, tuvieron que ver con la deficiente gestión del problema.
En sectores controvertidos el verano es una época de riesgo, de ahí que casi todas las noticias se intenten posponer… a menos que la estrategia sea justamente llamar la atención. Eso ha hecho este verano el lobby nuclear, que ha elegido agosto para lanzar una larga nota a favor de la energía nuclear como elemento de moderación de los precios de la electricidad. Con esta oportuna iniciativa ha logrado una visibilidad que el resto del año queda ahogada por la vorágine informativa.
Las crisis de verano se complican por las tres “d”: distancia, dispersión, desconexión. La suma propicia, normalmente, falta de reflejos. Afortunadamente en este mundo hiperconectado y global, la tecnología también ha venido al rescate de los directores de comunicación, no solo para recibir on line toda la información que necesitan para su trabajo, sino también para poder gestionar crisis de comunicación en tiempo real. Aplicaciones como fact24 o alert24 permiten informar en directo y facilitan enormemente la vida y el trabajo de los equipos de comunicación. Se cubren así las tres prioridades en la gestión de una crisis on line: inmediatez, viralidad y contenido.
Tuve un jefe que siempre repetía que, a efectos de comunicación empresarial, prefería saltar de junio a septiembre directamente y lo explicaba por tres razones: los becarios, la falta de información y la necesidad de publicar: los tres riesgos de agosto. Evítelos.
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Artículo publicado originariamente en El Diario Montañés