Dentro de pocas jornadas estamos convocados de nuevo a las urnas. Para esta crónica lo de menos es el hecho en sí.  Lo de más es tener que volver a soportar las declaraciones que en ocasiones naufragan en su objetivo de que el mensaje pase y llegue con nitidez al destinatario.

Los partidos políticos tienen en sus filas y entre sus simpatizantes expertos en comunicación que se esfuerzan por lograr su objetivo. También existimos empresas y profesionales que nos dedicamos de una forma especializada y quirúrgica a intentar mejorar las prestaciones y lograr los objetivos de los candidatos: diferenciación e identificación. No es fácil. Tengo un amigo consultor que dice que con algunos candidatos es imposible hallar un atributo positivo que lo diferencie del resto.

Sobre las singularidades de la comunicación política hay cinco ideas que me gustaría compartir.

  1. Está de moda el relato; y, en mi opinión, el relato como fin es un peligro para la democracia. No se trata de hacer que las cosas sean verosímiles, sino verdaderas. Un relato -una historia o un cuento- no puede sustituir a la realidad.
  2. La comunicación política se ha vuelto audiovisual. Y la tentación es hacer de la política espectáculo; una constante performance colorista y vistosa que llame la atención de los medios y atrape al votante pero que esté vacía de ideas. O, peor aún, que éstas se camuflen entre la parafernalia de lo banal.
  3. Una característica de estos tiempos es la falta de credibilidad de los medios que también condiciona la comunicación política. Concentración y atomización son dos síntomas de un mismo mal: la falta de independencia y, por lo tanto, la pérdida de rigor e imparcialidad.
  4. Unos medios débiles son más propensos a contagiarse del virus de las fake news. Las mentiras siempre han existido, pero hoy son más peligrosas que nunca por las redes sociales que amplían y difunden de forma global, viral, instantánea y directa noticias que puede ser falsas o estar deliberadamente manipuladas. Y los votantes debemos estar alerta.
  5. También internet ha modificado la forma de comunicar de los partidos. Las redes sociales son el eje de comunicación de la mayoría de las formaciones ya que tiene dos características imbatibles: simplificación de los mensajes y segmentación de los destinatarios. De esta manera se teledirige un mensaje a medida para públicos homogéneos. Simple y eficaz.

No obstante, me quedo con el consejo que un veterano y formidable político nos dio a un grupo de jóvenes profesionales hace ya unos años. Decía: “No os engañéis, en las campañas electorales y en los actos públicos la frivolidad te tienta, la sobreexposición te condena, la mentira te mata.” Cada nueva convocatoria electoral me reafirma en la validez de estas sabias palabras.