Por Antonio Cornadó
Existe una falsa creencia entre algunos empresarios y no pocos profesionales de la comunicación corporativa de que cuanto más, mejor. Muchas veces la consigna es salir, tener visibilidad y que los medios reflejen la actividad y la “importancia” de la empresa. En la vida política esto se multiplica hasta casi el infinito. Si no sales no existes. Entiendo este planteamiento, pero no lo suscribo.
Por eso me ha parecido muy interesante, oportuno y acertado el reciente informe de la consultora de comunicación LLYC sobre Tendencias de la Comunicación Corporativa 2023, donde se recomienda simplificar la comunicación, reducir los formatos, hacerla más comprensible y enfocada hacia el corazón de las prioridades empresariales.
Después de las restricciones de todo tipo que la pandemia impuso, también la comunicación empresarial ha sufrido ese sarampión de activismo con una agitación de convocatorias, actos, eventos, iniciativas y proyectos que han llenado nuestras agendas.
En este ecosistema de la vuelta a la normalidad el informe de LLYC hace un llamamiento a la prudencia. Toda la actividad de las empresas sigue marcada por la incertidumbre y la tendencia general sigue siendo la contención en los costes y la optimización al máximo de los recursos disponibles. Si esto es así en el conjunto de las empresas, tiene poco sentido que su comunicación lleve un camino diferente.
Para una empresa la comunicación deber tener como objetivo la creación de valor y la defensa de su reputación. Y no es necesario ni hacer muchas cosas ni gastar mucho dinero para lograrlo. Hay que ser eficaces. Comparto algunas ideas que me han ayudado en mi vida profesional:
- Conocer bien la compañía, su situación y sus prioridades.
- Planificar bien y, a la vez, tener flexibilidad y capacidad de adaptación.
- Saber distinguir entre lo fundamental y lo accesorio: priorizar.
- Definir bien los destinatarios de las acciones de comunicación.
- Crear economías de escala en los proyectos de comunicación: profesionales, formatos y herramientas polivalentes.
- Unificar bajo un mismo criterio toda la política de comunicación.
Algunos departamentos de comunicación se han perdido en una fiebre de iniciativas ineficaces. Para combatir la inflamación existen tres “paracetamoles” infalibles: la coherencia de todas las acciones, la consistencia en su desarrollo y la profesionalidad en el criterio de decisión.
Servir a los objetivos de las compañías no es hacer más cosas, es hacerlas mejor.
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Artículo publicado originariamente en El Diario Montañés