Por Antonio Cornadó
A vueltas con esta nueva tendencia de que el marketing se apodere de toda la imagen que proyecta una organización y de que la reputación este vinculada a las ventas y la experiencia de cliente o de producto se me ocurren al menos 5 razones por las que la comunicación debe seguir teniendo el lugar que merece dentro de la estructura de la toma de decisiones y de la estrategia de las empresas.
- Ser rentable no significa ser mejor. Elon Musk puede dar alguna masterclass al respecto.
- La licencia legal no equivale a la licencia social. Hay ámbitos en la vida de una empresa que inciden en su actividad y en su supervivencia y que no tienen relación con la rentabilidad. Lo saben muy bien en sectores como el nuclear. Los asuntos públicos cada vez tienen más relevancia y es obligatorio conocer la forma más adecuada de incidir en los lugares donde se toman las decisiones que nos afectan.
- Una tercera razón. Para impactar en los medios hay que conocerlos, hablar su lenguaje y utilizar sus códigos. Hablar para especialistas no significa hablar como los especialistas. Las empresas necesitan divulgadores, es decir, profesionales que hablan y escriben para que les entiendan.
- Nuestros temas no siempre interesan, hay que aceptarlo. La comunicación ayuda a buscar ese enfoque que los haga atractivos y “vendibles”.
- En un mundo digital, directo y global obsesionarse por lo inmediato te hace perder el foco que explica y justifica las cosas. La comunicación ayuda a dar el contexto y el background necesarios para que todos conozcan mejor nuestra historia, nuestra actividad y nuestras decisiones.
Una empresa es más que una marca, su imagen es más que un diseño y su reputación bastante más que una estadística. Al final las empresas ganadoras, las reputadas, las que admiramos no lo son solo por sus productos o servicios, ni tan siquiera por su innovación o su activismo. Admiramos las marcas de la misma manera que admiramos a las personas; por su coherencia, por su consistencia y por esa armonía que significa que una empresa es lo que parece. Y la comunicación ayuda a ponerlo en valor.
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Artículo publicado originariamente en El Diario Montañés