Por Antonio Cornadó

Los cierres empresariales, tan frecuentes como temidos, son siempre un elemento de riesgo en la reputación de las compañías. Estos días asistimos a un caso que merece ser comentado. La prensa asturiana titula: “Danone no para de cambiar de opinión con respecto al destino de su fábrica en Asturias”. Y continúa explicando que la multinacional informó del cierre inminente de su factoría de Salas por la baja demanda y porque trasladaba la producción a Francia. Tras el anuncio del cierre las voces en contra no se hicieron esperar y eso ha provocado que la empresa vaya dando distintas versiones de lo que piensa hacer.

En estas situaciones la secuencia de actuaciones forma una curva ascendente de presión por parte de empleados, proveedores, autoridades y opinión pública que restringe y estrecha el campo de actuación de la empresa, incluso si los datos objetivos señalan la imposibilidad de continuar con la actividad. Lo hemos visto en Arcelor o As Pontes y en Cantabria en Sniace.

Preparar un proceso de cierre es un trabajo coral de todos los departamentos de una empresa que necesita ser bien organizado y mejor coordinado. No existen recetas mágicas para gestionar este tipo de anuncios, dolorosos pero inevitables. No obstante, hay criterios que pueden ayudar a preservar la reputación de la compañía; tener en cuenta la perspectiva de la opinión pública puede proporcionar una valiosa guía de actuación para estos casos.

Hay seis recomendaciones que, desde la estrategia comunicativa, pueden ayudar. 1.Tener un plan cerrado donde se incluyan alternativas de negocio y empleo. 2. Sobre ese plan, desarrollar un programa de comunicación claro, sencillo y objetivo que explique la situación y las razones del cierre. 3. La comunicación debe ser más detallada cuanto más cercanos son los interlocutores. 4. Marcar prioridades: empleados, familias e instituciones son destinatarios VIP. 5. Buscar aliados. 6. Evitar filtraciones.

En definitiva, el objetivo es que la empresa debe formar parte de la solución y no ser percibida como la causa del problema. Danone tiene experiencia de planteamientos de esta naturaleza. En 1994 el cierre de la planta de la compañía en el Valle de la Ulzama, en Navarra, fue tan bien desarrollada que se sigue estudiando como referente en los postgrados especializados.

Artículo publicado originariamente en El Diario Montañés