Por Antonio Cornadó

87. CASO NEGREIRA. 4 ESTRATEGIAS DE COMUNICACION

Hemos tenido que esperar dos meses para que el presidente del Barça hablase públicamente del caso Negreira, bien conocido ya por todos. El resultado de la rueda de prensa no fue ninguna sorpresa para nadie. Quizás porque no hay forma de justificar algo que solo tiene una posible explicación.

Visto desde la óptica de la reputación este asunto tiene muy mal pronóstico. Y, quizás por ello, también creo que la forma en que el Barça lo está manejando es, posiblemente, la más adecuada a sus intereses.

En contra de casi todos, creo que de lo ocurrido en estos pasados días hay cuatro iniciativas bien planteadas que ayudan a la estrategia global del Barça en este asunto.

  1. La gestión de los tiempos. Dos meses de silencio parece mucho tiempo sin hablar. Es posible. Pero si no se conoce toda la verdad o faltan datos, el silencio es mejor opción que la rectificación; menos arriesgada. En dos meses todos los flecos, las filtraciones y las historias paralelas ya han aparecido y en ese tiempo el Barça ha podido hacer dos cosas: recopilar información propia y construir un relato.
  2. Una comparecencia bien planteada. La idea de una rueda de prensa con pocas restricciones, abierta a los medios y sin límite de tiempo es un factor que ayuda a presentar al presidente desde otro lugar diferente al oscurantismo, la negación o el silencio. La escenografía ayudó.
  3. Un relato para los adeptos. Laporta no respondió ni a los principales medios ni a las principales acusaciones. Pero creo que ese no era ni su interés ni su objetivo. La rueda de prensa pretendía afianzar a los propios y distraer a los ajenos. Y lo logró. Los muy cafeteros del barcelonismo reforzaron su visión sobre el tradicional victimismo. La apelación al franquismo -un mantra muy recurrente- fue el cebo donde muchos picaron. El resultado es que aun hoy el debate está en qué equipo fue más franquista…una buena maniobra de distracción.
  4. Un objetivo claro. No obstante, el aspecto que me parece destacable es la estrategia creada para lograr el objetivo principal: para mí en este momento la parte importante del asunto no está en la reputación sino en la economía. El objetivo no es defender la reputación del Barcelona. Eso ya llegará. Ahora el objetivo estratégico -y de ahí el rosario de visitas, reuniones y viajes de su presidente tras la rueda de prensa- es que el Barça pueda seguir compitiendo en Europa, el verdadero filón económico que abre la puerta a todo lo demás.

En mi opinión la estrategia que han planteado los asesores de Laporta tiene sentido en el contexto actual. De los daños reputacionales hablaremos en la siguiente entrega.

Artículo publicado originariamente en El Diario Montañés