Por Antonio Cornadó
Mónica sabe de lo que habla y hace poco me habló de Ecodicta, un proyecto fascinante. Una empresa que se define como un armario circular y sostenible. Como sus fundadores, todo en él tiene un aire milenial, desenfadado, disruptivo y optimista. La idea es sencilla y funciona: convertir la moda y la ropa en una experiencia a través de un armario compartido entre usuarios que va rotando permanentemente.
De su planteamiento empresarial me quedo con aquellos aspectos que tienen que ver con el valor de marca que la hace una propuesta singular: la atención a la demanda creciente de usuarios de moda dando, al mismo tiempo, una respuesta inteligente a favor de la sostenibilidad y el medioambiente. Todo el proyecto respira coherencia y sentido. Es una empresa con propósito.
Hay un eje entre las personas, la sostenibilidad y el cuidado del planeta que está presente en los proyectos empresariales más novedosos. La tecnología y la conectividad son los aliados necesarios y la inmediatez y el uso sin ataduras los valores de referencia para los consumidores. Hoy, las principales compañías líderes en sus sectores ofrecen servicios, no productos: fenómenos como Uber, Airbnb, Spotify o Ecodicta solo son posible gracias a Internet.
Dueños de nada, usuarios de todo es una frase de éxito que describe la forma en que los nuevos clientes se relacionan con las marcas y tienden esa red invisible y delicada que es la confianza.
Consumo por uso o por suscripción son términos que ya está en el lenguaje de las empresas y en su comunicación y para integrarlos con éxito ha sido necesario modificar la forma en que se articulan los mensajes y atinar en la combinación de medios y formatos elegidos para lograr una imagen diferente y relevante.
Las nuevas empresas ofrecen menos publicidad y más marketing; más imagen de marca que atributos de producto y una mayor coherencia en toda la propuesta final. El reto consiste en integrar todo alrededor de un propósito global que represente los valores de la empresa y los conecten con los de su público. La buena comunicación, sin duda, forma parte de la respuesta a este reto.
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Artículo publicado originariamente en El Diario Montañés