Por Antonio Cornadó
El 20 de marzo se cumplen dos meses desde la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos. Apenas 60 días después ya han comenzado a publicarse los primeros análisis de su gestión y cómo la nueva administración está tratando de marcar distancias con la anterior. En el campo de la comunicación pública existen notables diferencias respecto a la estrategia transgresora, provocadora, hiperpersonal, digital, desordenada y desconcertante de la era Trump. Veamos.
La primera, la más evidente, es el fin de los mensajes incendiarios. Biden está optando por subrayar palabras pacificadoras y reparadoras de la democracia frente a la vehemencia del presidente anterior. En su estrategia el presidente se ha buscado mensajes tranquilizadores, serenos y motivadores, alejados del odio y los insultos. Dos frases, dos conceptos que nacen de la comunicación, están ayudando a fijar este nuevo posicionamiento.
Biden defiende el Americans Together frente al American First de Trump. Biden ha llegado a la Casa Blanca con la promesa de “recuperar el alma americana”. Considera que Estados Unidos es un país con una profunda grieta social y política y, por ello, se muestra como un presidente cercano y conciliador. En sus mensajes ha pedido a los estadounidenses que trabajen juntos para fortalecer la democracia y reparar una nación dividida por el extremismo político.
La nueva administración ha insistido en el ‘America is back’. Biden ha vuelto a hacer referencia al «América ha vuelto» de su campaña para reiterar que el respeto a la diversidad es lo que ha hecho grande su país; esto será el centro de su política interna. También bajo este lema quiere transmitir su intención de liderar el mundo y colaborar, no competir, con sus aliados.
En la comunicación institucional existen dos tendencias profesionales que conviven. Son dos formas de ver la profesión y dos maneras de lograr los objetivos corporativos. Se puede entender la comunicación institucional como un espacio de confrontación o de cooperación; como enfrentamiento o como pacto; como agitación o como consenso; como respuesta a los acontecimientos o como una forma de anticipase a ellos. En definitiva, hacer de la comunicación corporativa una profesión donde se apagan fuegos o una actividad que evita incendios. Mi experiencia profesional me dice que Biden ha escogido la segunda; una estrategia acertada para su presidencia y para su país.
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Artículo publicado originariamente en El Diario Montañés en marzo de 2021.